Debuta el equipo que ascendió del balotaje. Se trata de un elenco nuevo que llega al poder con el apoyo de una sociedad cansada de frustraciones y de gobiernos que se sucedieron sin encontrar la receta para sacar a la Argentina de la crisis económica. Javier Milei asume como presidente de los argentinos con un agenda ambiciosa, en la que el término ajuste es la base de sustentación para comenzar a corregir los desequilibrios macroeconómicos del país. Como dice Sergio Berensztein, presidente y fundador de Berensztein®, consultora de análisis político y estratégico, el economista libertario llega al máximo cargo institucional en una situación objetivamente caótica, sin dólares que fortalezcan las reservas del Banco Central y con un agujero fiscal desafiante.
“Milei viene precedido de un anuncio de campaña contundente: está dispuesto a ejecutar un programa como nunca antes se lo puso en práctica. El mercado quiere ver que lo que dice luego se cumpla. Le pedirá efectividad y saber cómo hará los deberes”, puntualiza el analista político en una charla con LA GACETA. En otras palabras, acota, “una cosa es decir qué se quiere hacer y otra es ejecutar. Es una condición necesaria, pero no suficiente”.
No habrá promesas de “asado para todos” como en su momento lo dijo el presidente saliente Alberto Fernández. Aún más, Milei ha sido más que claro cuando dijo que “no hay plata” y que recibe “la peor herencia de la historia”. Berensztein, sin embargo, cree que en el camino de esas frases, el libertario tuvo que modificar su discurso mientras prepara los detalles del programa económico que propone para sacar de la crisis a la Argentina.
El doctor en Ciencia Política (University of North Carolina, Chapel Hill) y Licenciado en Historia (UBA) se anima a decir que, tras la asunción como jefe de Estado, Milei no modificará el esquema de planes sociales. “Van a seguir, aunque aún no se sabe cuál será la fórmula del ajuste y si tiene margen para realizarlo en términos reales”, expone. Y resalta: “este Milei no tiene nada que ver con el Milei candidato, porque tiene otras motivaciones y también otras demandas”, aludiendo al economista que, en campaña, se paseó por toda la Argentina exhibiendo una motosierra. El argumento es claro: este 2023 cierra con una tasa de pobreza del 44,7%, lo que significa que 17,5 millones de argentinos están sumergidos en niveles bajos de ingresos, vivienda precaria, salud y educación insuficiente o inseguridad alimentaria, según la medición del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA). El peor escenario es que, sin aquellos planes, la mitad de la población estaría en situación de pobreza.
El ajuste fiscal deberá esperar hasta 2024. Berensztein considera que no es un proceso ágil cambiar la forma de administrar. Recuerda un concepto que le hizo el economista Ricardo López Murphy a partir de su experiencia en la función pública. “La mitad del déficit se va en noviembre y en diciembre y tal vez quede un poco para enero”, fue el comentario. Sin embargo, el consultor político insiste en que Milei tendrá que generar un golpe de expectativas tan contundente que fortalezca el tradicional hiperpresidencialismo argentino que demanda la sociedad. “La Argentina no es un país sencillo y, en ese aspecto un outsider como Milei tendrá que construir legitimidad en el ejercicio del poder a través del logro de éxitos inmediatos con sus medidas que aseguren la gobernabilidad”, señala Berensztein, de la misma manera que expuso a mitad de la semana que pasó en un encuentro organizado por la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE) en Tucumán.
En ese proceso, hay un factor que le favorece: un 41% de los ciudadanos consultados por Berensztein-D´Alessio IROL han constado que la sensación que más le causó la victoria del libertario fue la esperanza. “Ese porcentaje fue elevando aún cuando muchos de lo que respondieron de esa manera sabían que el discurso del presidente electo era duro y que implicaba ajustes”, completa el politólogo. Y agrega que Milei necesitará mostrar gobernabilidad desde el arranque de su gestión, “con una agenda muy sensata que llegue incluso al Congreso para alcanzar los apoyos necesarios para la Ley Ómnibus con la que arrancará las medidas de contención del gasto público”.
Tres aspectos
¿Por dónde pasará la gobernabilidad? Berensztein enumera tres aspectos centrales que el nuevo presidente de la Nación debe tener en cuenta para iniciar, sin grandes contratiempos, su mandato:
• Consolidación de apoyos perdurables o contingentes para aprobar leyes y validar los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) que se dicten para poner en marcha el plan de gestión.
• Moderación y pragmatismo para evitar pasos en falso y ganar volumen político.
• Capacidad de controlar la calle ante sectores radicalizados del sindicalismo y movimientos sociales.